proyectos | Viabizzuno progettiamo la luce

un volumen arquitectónico compacto, austero, fuerte, pero armonioso a la vez, que se identifica en el skyline urbano, tal y como las iglesias en los antiguos asentamientos urbanos: debían ser un punto de reunión, de pertenencia, de identificación, un punto de referencia. así este volumen se integra en el espacio ciudadano y se enseñorea de él al mismo tiempo. el proyecto parte de un atento análisis urbanístico-territorial, de una evolución planimétrica que se manifiesta en un volumen absolutamente coherente con la distribución de los espacios internos, con un carácter fuertemente evocativo y comunicativo. la organización y formalización de los espacios destinados al culto, con las connotaciones de representación, expresión y simbolismo de la práctica religiosa deseadas por los promotores, han resultado estar en estrecha relación con las condiciones de forma, topografía y orientación del terreno edificable y de su relación con el contexto urbano a su alrededor. el proyecto ha centrado su atención en el vértice formado por la calle diagonal y la calle del parque, que constituye el punto más visible del terreno desde todas las perspectivas del área adyacente. hacia ese punto confluyen los espacios del proyecto, orientados por la posición misma del templo, con la entrada situada al oeste y el altar en el extremo este, coherentes con la simbología cristiana. desde la perspectiva del paseo de miribilla y de la calle diagonal, este vértice ofrece la posibilidad de identificar el nuevo templo entre los perfiles de las construcciones preexistentes, aprovechando la topografía descendente y el gran tamaño del edificio, cuya percepción en el contexto urbano resulta inmediata. los promotores pedían una necesaria y oportuna austeridad, en línea con el objeto que se iba a construir, por lo cual los esfuerzos del estudio imb se concentraron en hacer que el edificio se distinguiese mediante un elemento capaz de expresar, simbolizar y representar la función religiosa, así como de organizar, articular y caracterizar las peculiaridades formales y ambientales de los espacios internos. ese elemento singular está constituido por un prisma de cristal, sostenido por una estructura reticular ligera de elementos metálicos que se introduce entre los volúmenes más importantes del edificio, creando así una hendidura en torno a la cual se organizan los espacios internos. este elemento presenta las connotaciones de un auténtico catalizador de luz, un volumen arquitectónico capaz de dar vida a la dimensión mística del espacio eclesiástico con el pathos que una iglesia necesita; el estudio de la luz natural se hace matriz del proyecto, traduciéndose seguidamente en una cuidadosa búsqueda de la luz artificial adecuada, capaz de conectarse con este pensamiento y de hacerlo vivir incluso cuando el sol se ha puesto, cuando será la luz artificial la que salga del volumen para invadir el espacio externo. la trama de este prisma, constituida con placas de cristal, forma un mosaico tridimensional, de distintos volúmenes y texturas, que capta la luz natural del sur y la distribuye hacia el interior en distintas direcciones. el perímetro del templo recibe luces horizontales, al ras del techo, de la parte alta de la pared lateral derecha orientada hacia el sur. como contraste, la fachada orientada al nordeste introduce la luz al ras del suelo a través de una hendidura longitudinal. los restantes espacios (oficinas parroquiales de la planta baja y habitaciones parroquiales en el entresuelo) reciben la luz zenital siguiendo un patio longitudinal de doble altura. por contra, la luz artificial del interior del edificio ilumina difusamente el prisma, revelando la imagen del templo hacia el exterior y, en particular, hacia el paseo de miribilla: el volumen que de día emerge del suelo, de noche se eleva todavía más gracias al efecto de luz del prisma. el modelo de las volumetrías de este prisma luminoso, que representa una interpretación tridimensional de la vidriera tradicional, se caracteriza por unos paneles envolventes, lisos y simples, de construcción fácil y económica, que respetan la totalidad de los usos y de las superficies en que se utilizan. dos cuerpos significativos se articulan en torno al prisma longitudinal de cristal. el más alto, modelado por una estructura de grandes luces, contiene el perímetro del templo principal. el segundo, formado por un pasadizo, una especie de pasillo estructural de 7 m de luz, envuelve el interior, dibujando la forma del terreno. en este volumen se engloba el resto del programa de usos, distribuido en dos planos, (nivel 0 y nivel -1) que se adaptan a la topografía del terreno. el grupo del templo, la capilla de las funciones diarias, la sacristía y el confesionario se distribuyen de tal manera que sus respectivos espacios gozan de una gran transparencia y continuidad, incluso cuando los planos envolventes, las alturas, las texturas y las luces de cada uno de ellos presentan características distintas. la posición de la sacristía, en relación con la iglesia y con la capilla de las funciones diarias, permite y facilita la procesión en torno al templo. la pila bautismal, caracterizada por un flujo de luz natural que la toca en las distintas fases del día, está situada en la entrada del templo, en el espacio adyacente al atrio de recepción. En el resto de la planta baja se hallan las oficinas parroquiales y los locales anexos. las dependencias de la parroquia están agrupadas en el nivel -1 (+63 m de altura), se adaptan al modelo estructural y rodean el salón parroquial para 100 personas y un amplio atrio perimetral que subdivide el espacio del edificio a través del patio longitudinal y los dos pequeños patios para captar la luz y la ventilación. la distribución de los espacios, el equipamiento arquitectónico, la selección de materiales, el desarrollo de los recorridos y el estudio de los puntos de vista de las distintas zonas, son parte de los elementos que resaltan la importancia de la luz, ya sea artificial o natural, en el proyecto elaborado por el estudio imb. la sensibilidad con que se ha tratado la materia luz en este edificio lo hace evocativo, místico, pero al mismo tiempo frugal y austero, un nuevo símbolo arquitectónico en la ciudad de bilbao.