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en suiza, en un pueblecito situado a 1250 m de altura en el cantón graubünden, con una población de poco más de 1012 habitantes, se encuentra el hotel 7132. desde que en 1996 se inauguró el complejo termal anexo al edificio y firmado por el arquitecto peter zumthor, el pueblecito se ha convertido en lugar de destino para apasionados y entendedores de arquitectura, señal de que un proyecto arquitectónico contemporáneo tiene la capacidad de hacer participar a un público muy amplio y atraer un turismo sin precedentes. una fama a cuyo crecimiento ha contribuido el hotel 7132, nombre que deriva del código postal del pueblo, vals. desde 2012, en efecto, el hotel ha sido objeto de significativas actuaciones de reacondicionamiento asignadas a arquitectos de fama internacional, y solo recientemente se han terminado las habitaciones cuyo proyecto se encargó al estudio kengo kuma & associates. en la habitación que icónicamente lleva el nombre de dicho arquitecto, kengo kuma, el hombre y la naturaleza se plantean como polos gravitacionales de todo el proyecto. el equilibro entre los dos ejes se medita a tráves de un pensamiento proyectual que nace de la tradición japonesa, se desarrolla en la moderna búsqueda arquitectónica y recoge sus materiales en el espacio de donde toma forma. el proyecto se propone apartarse del consabido concepto de hospitalidad para apuntar al significado original, arquetipo de casa, es decir, como espacio acogedor, saturado de calor e intimidad. todo el concepto se desarrolla en torno a la unidad esencial constituida por un panel de madera de roble de 40 centímetros de ancho, elemento institutivo que se extiende hasta recubrir, abarcar y diseñar todo el espacio; cada panel, en efecto, se ha colocado de manera tal que un lado se superponga al del panel siguiente. las luces se han dispuesto entre los paneles mediante el uso de arco led; esta solución proyectual permite a la luz amplificar y redefinir la distribución espacial, resaltando, por un lado la modularidad del elemento base, y por otro la heterogeneidad de su aplicación. a su vez, la cama no ha sido concebida como un elemento separado, sino integrado en la arquitectura interna; elevada sobre el suelo, se despliega en tatami sólo para dormir, de modo que, el resto del tiempo, todo el espacio resulta aprovechable y utilizable en su totalidad (esto viene a ser un desarrollo del sistema japonés tradicional, simplemente se ha aplicado esta idea al contexto moderno de otro país). el fuerte vínculo entre hombre, arquitectura y naturaleza se ha explicitado elevando una parte del suelo interno que se extiende hasta la terraza exterior, haciendo desaparecer el límite entre el interior y el exterior. esto aumenta el tamaño percibido de la habitación y reduce el impacto de la barandilla en el panorama. el uso de materiales locales, como madera y piedra, sigue la misma estrategia. el techo plegable, que refleja las montañas de alrededor, forma parte del proyecto.