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la decisión de construir una casa, la idea de crear una propia experiencia doméstica con modalidades distintas de las de vivir en alojamientos colectivos o en contextos urbanos genera una serie de aspiraciones, sugerencias, necesidades. el trabajo de todo buen proyectista consiste en traducir estas exigencias en un proyecto que, al menos en parte, las sintetice. la aspiración y el objetivo es mejorar la vida de cada día, aumentando la comodidad y la calidad del espacio en que se vive. la parte más difícil del proceso es cuando, cómo en este caso, el lugar es un contexto alienante, rodeado de edificios ajenos, no sólo a la tradición, sino también a un estilo contemporáneo. esto hace que sea imposible encontrar relación alguna con un contexto carente de identidad, sobre la cual desarrollar una idea. se corre el riesgo de dar vida a un algo autorreferente, que encuentre su razón de ser en la estética, sin responder a las necesidades de calidad de vida que son la base de la decisión de construir un edificio. de estas reflexiones nace este proyecto, un proyecto que encuentra en sí mismo una naturaleza reconstruida, que permite desarrollar las relaciones que el contexto niega. el objetivo hunde sus raíces en la casa romana, apuntando a la autosuficiencia y poniendo en el centro de la búsqueda la necesidad de una calidad de vida ligada a la idea de naturaleza. el resultado es un proyecto dilatado, que se ensancha generando llenos y vacíos pensados para encuadrarse y completar un lugar ausente. en el exterior, la geometría, la representación y la funcionalidad se combinan en el acercamiento de volúmenes elementales reconocibles por sus distintas proporciones; unostudio architetti associati optó por desarrollar el techo del edificio aportándole las funciones normalmente realizadas por el terreno. el techo se ve así como un jardín, con espacios de relación organizados en áreas separadas: una dedicada a piscina y solarium, una dedicada a la comida y la convivencia. entre ellas, un atrio central, donde se encuentra una planta de fresas, cuyas hojas dominan el espacio vacío en el centro del proyecto. los áticos y las secciones altas ocultan completamente las instalaciones para la producción de energía renovable. cada espacio, por tanto, está ocupado por una secuencia que, a partir de la entrada, sigue un recorrido vertical; este área se ha proyectado de modo que las mecánicas de los espacios se van descubriendo lentamente, siguiendo una alternancia entre interiores y exteriores. lo que se ve desde el exterior sólo puede comprenderse siguiendo la luz, que, entrando, revela los espacios vacíos, siguiendo un crescendo que culmina con la procedente del farol de corten en la fachada frontal del edificio. la sucesión espacial de la casa romana se traduce verticalmente en un organismo que, conforme a la tradición, sitúa el impluvio en el centro de la composición. la cocina y la sala se asoman a un jardín realizado en el interior del mismo edificio, con arces, convalarias y un arroyuelo; un auténtico espacio cerrado natural, un jardín precioso, el espacio para las vidas contemporáneas de todos los días. en el interior, la luz colabora con las estructuras elementales en la definición de los espacios, como los cortes en los techos y los dibujos que crean, articulando los distintos umbrales y acciones de la vida cotidiana, paredes-diafragma de distinto espesor marcados por la luz cenital. el sistema luminotécnico guía las acciones y la experiencia de las personas: el observar y el mirar declinan una percepción emocional de los espacios, en la relación con la luz natural y artificial, vinculando a la percepción de un espacio simple y riguroso la emoción suscitada por la luz cuando entra en contacto con las cualidades táctiles de los materiales y la pureza formal de los detalles. los materiales describen los espacios generados por el proyecto y, de ese modo, la madera, la piedra, el corten, el agua y la vegetación dan luz a la necesidad de relacionarse con espacios proyectados como extensiones de la casa misma. la estructura principal, en albañilería y hormigón, delinea los volúmenes, mientras el acero realiza los vacíos y valoriza la construcción, midiendo y unificando la composición. todos los suelos y las superficies de las paredes, tanto interiores como exteriores, son de piedra natural, con excepción de la madera elegida para los suelos y las terrazas sobre el techo practicable. los contenidos técnicos y tecnológicos del edificio, que alcanzan la clase energética a+, se han adoptado según criterios de sostenibilidad.