proyectos | Viabizzuno progettiamo la luce

esta vivienda ha sido creada en un plano urbanístico de solares anónimos, en medio de la llanura padana, en suzzara, provincia de mantua. esto es un importante factor distintivo con respecto a las numerosas residencias anteriormente construidas en contextos ricos de valores paisajísticos. la escasa carga significante de la arquitectura residencial de los suburbios y el lugar del proyecto, desordenado retículo de calles y recintos, ha orientado las decisiones proyectuales hacia una abstracción figurativa que apunta a subrayar la diferencia entre la casa y el contexto. geometría y representación combinadas en la proximación de volúmenes elementales, cuyo contacto define en conjunto el espacio a habitar. dos volúmenes adosados que, en lugar de constituirse en barrera, se abren hacia el exterior gracias a través de patios privados y chimeneas. la casa se desarrolla en un solo piso, con una planta definida por un entramado de habitaciones de distintas alturas: de 2,4 a 4,5 metros. es representativa la vista en sección, que muestra la variación de alturas entre las habitaciones, jerárquicamente ordenadas a partir del núcleo principal de espacios comunes en la zona de día. la diferencia entre las partes se subraya también mediante los cortes en el piso y los dibujos de luz que éstos crean en el suelo, identificando los tramos que permiten pasar de un lugar a otro, vinculando a la percepción de un espacio simple y riguroso la emoción suscitada por la luz cenital en contacto con las cualidades táctiles de los materiales y la pureza formal de los detalles. el proyecto de la casa coincide así con la construcción de un espacio pensando desde su interior, a través de un trabajo paciente, reflexión sobre la relación entre la medida, la forma y el significado de los espacios domésticos. en esta casa, los gestos del cotidiano vivir se confirman en un vocabulario de acciones bien definido: atravesar, observar de cerca, mirar para medir el espacio. el espacio activo halla una identidad propia no sólo en las variaciones de altura sino también en la percepción de los “umbrales” de paso entre las habitaciones, paredes-diafragma de distinto grosor, a menudo marcados por la luz cenital. el acto de atravesar halla así un metro de referencia en la medida del “umbral”, elemento compositivo de la habitación. de una acción física a una acción meditativo-perceptiva: el cruzar el umbral abre de hecho nuevas fronteras, y en estos lugares la observación y la mirada permiten declinar una percepción emocional del espacio, sobre todo en la relación con la luz natural. hacia el exterior, la casa revela los “mecanismos compositivos” internos: se caracteriza por los volúmenes estereométricos que la componen, sustancialmente cerrados hacia la calle y que, con su diversidad, expresan la articulación interna de los espacios. cada volumen se corresponde con un lugar específico: la sala de estar, a la derecha, es el más grande, junto al corte del patio de entrada, abierto hacia la calle pero con un límite diseñado por una viga. a la izquierda, una pared revestida delimita un segundo patio cerrado y unido al estudio. el revestimiento define además un volumen de servicio y termina en una fosa que corresponde a un pórtico unido al patio del estudio. dos volúmenes lineales que se extienden hacia el verde exterior contienen las habitaciones y, completados con una pared de piedra, limitan el patio principal, al que asoman los espacios comunes de la casa. el patio se subdivide en dos partes mediante una galería que separa el comedor y la sala de estar de la zona de la piscina y el jardín. toda esta alternancia de espacios/lugares domésticos crea un ritmo, no sólo en la composición, sino también de luces y sombras, dando vida así a un proyecto que resulta coherente y sobre todo armonioso.