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un famoso industrial milanés, coleccionista de arte del seiscientos y arte contemporáneo, me pidió que me ocupara de la reestructuración de su nueva residencia. tras supervisar el lugar para comprobar el estado actual, entendí que tenía la posibilidad de realizar una casa extremadamente atractiva… recuerdo también que me sorprendió su llamada, pues sabía que hasta entonces había vivido en una casa maravillosa proyectada por mongiardino, un profesional de fama reconocida, pero maestro en un género que nada tenía que ver conmigo. cuando expliqué que mi trabajo tenía un estilo diametralmente opuesto, le pregunté si realmente estaba convencido de su elección. fu entonces cuando entendí que él sabía muy bien cual era mi estilo y, es más, me explicó que justo en esa casa tenía la intención de empezar una nueva vida, más solar, menos formal y sobretodo ‘de soltero'. confieso que la idea de convertirme en cómplice de un cambio de vida tan radical me atrajo muchísimo y acepté el encargo con entusiasmo. tenía que tener en cuenta el hecho de que el cliente era un hombre muy culto, extremadamente refinado, muy riguroso, lleno de ironía y de ganas de vivir y que su casa tenía que reflejar su personalidad. inicié a proyectar este precioso espacio-ático, intentando interpretar con mi arquitectura las peticiones de mi cliente. la casa fue completamente rediseñada por lo que respecta a la distribución de sus espacios: dos habitaciones grandes con dos grandes cuartos de baño, de los cuales uno con ‘turca' anexa, un gimnasio, un gran salón y comedor; giancarlo morelli, cocinero adorado por mi cliente, fue el asesor para las avanzadas tecnologías de la cocina proyectada ad hoc y realizada por bulthaup: una cocina altamente tecnológica sólo para la comida, y otra igualmente avanzada dedicada exclusivamente a las bebidas. en el intento de recuperar alturas inusuales para un ático, descubrí techos extraordinarios en gran parte escondidos o no valorizados. la elección de los materiales también estuvo determinada por la necesidad de mostrar una connotación muy masculina con una única condición, la introducción de un color, el rojo, el preferido para ambos. el proyecto se envió inmediatamente a londres para ser aprobado por un famoso experto en feng shui, que para mi gozo personal sólo me hizo cambiar la posición de los sanitarios en un cuarto de baño. elegí el parquet de madera maciza de sucupira, estudiando una puesta especial que en el salón remarcaba el dibujo de los plafones cada vez que se cruzaban, delimitando el parquet con una línea de mosaico rojo. para los baños elegí también mosaico rojo, combinado con piedra santafiora, utilizada también para las terrazas. éstas se han sido iluminas con algunos cubo 15 colocados a ras del zócalo para poder apreciar mejor el suelo. también los muebles y las puertas han sido realizadas con la misma esencia de sucupira y en algunos casos con corian combinado con acero al bronce. la zona noche se ha convertido en una especie de galería de arte gracias a los extraordinarios cuadros del seiscientos, iluminados con una luz puntual gracias al kit dicroico montado sobre el sistema 094 colocado tanto horizontal como verticalmente, un sistema que resalta las obras de arte sin invadirlas, que da espesor en silencio. en la habitación, encima del cabezal se ha construido una vigía de madera en la que se han posicionado faros m2 orientados a 38°, para dar una luz suave a los lados, y otros a 10° con haces estrechos encima de la cama para leer. en la zona de día una serie de luces bamboo ilumina los muebles y los ambientes; resulta especialmente sugestiva la colocación al lado de una de las dos grandes aperturas circulares, diseñada en una de las paredes con forma de arco de la casa: estos grandes ojos de buey que se asoman a milán obtienen un efecto de fusión, en línea perfecta con el impacto emocional que emana esta casa.